Nuestros municipios, la fuerza de lo cercano

17 May 2021

Nuestros municipios, la fuerza de lo cercano

17 May 2021

Nuestros municipios, la fuerza de lo cercano

17 May 2021

Municipalista por convicción y vocación, concibo el mundo a través de los ojos de una alcaldesa convencida de que todo pasa en lo local y todo pasa por lo local, y durante estos 14 meses he podido comprobar que, pese al carácter mundial de la pandemia, ese ámbito local se ha evidenciado esencial en la gestión de la crisis sanitaria, social y económica.

La realidad nos ha golpeado con fuerza y, aunque ahora la vacuna nos permite dibujar un halo de esperanza, no podemos olvidar imágenes que ya están grabadas a fuego en el imaginario colectivo: una mujer besando a su nieto a través de la tablet; el silencio ensordecedor de las calles roto por el rugido de los tractores de nuestros agricultores, siempre dispuestos a colaborar en la desinfección de cada pueblo; el pitido intermitente de los grupos de WhatsApp de las centenares de costureras voluntarias que robaban horas al sueño para fabricar mascarillas; los aplausos emocionados al personal sanitario y a cada profesional que ha dado lo mejor de sí mismo en los momentos más duros; o la gran lección que nos han dejado nuestros niños y niñas. Sin olvidar nunca el dolor irreparable de quienes han perdido a un ser querido sin un último beso, sin un apretón de manos que dijera estoy aquí.

Y en ese contexto, uno que nunca imaginamos vivir, los Ayuntamientos han jugado un papel fundamental. Convertidos en auténticas trincheras donde, cada día, se ha librado una batalla para hacer frente a la COVID-19. Evidenciando que, una vez más, el municipalismo ha sido el primer y más efectivo muro de contención. Las Entidades Locales se colocaron, desde aquel imborrable 14 de marzo de 2020, en la primera línea de trabajo, respondiendo con alta dosis de responsabilidad y eficacia; forzando, hasta límites insospechados, sus capacidades administrativas, competenciales y financieras.

Y es justo reconocerlo porque, a pesar del déficit financiero, del intento de laminación de competencias y del freno a la autonomía local que supuso la legislación del PP (LRSAL), los Ayuntamientos han mantenido su compromiso con la ciudadanía y con el funcionamiento de los servicios públicos. En esa esfera local, donde la gestión tiene rostro y nombre, la proximidad al problema y a quienes lo padecen hace que sea muy difícil, no solo en términos políticos sino también estrictamente personales, que la responsable local mire para otro lado o justifique su inacción invocando la falta de un título competencial que habilite para actuar.

Lo cierto es que esta crisis ha puesto a prueba la capacidad de respuesta de todas las Administraciones Públicas, remarcando la importancia de la cogobernanza, así como la imprescindible necesidad de coordinación y colaboración entre las instituciones a todos los niveles (local, provincial, regional y nacional), con una bien entendida lealtad institucional multidireccional. El ‘efecto suma’ entre administraciones ha demostrado tener un ‘efecto multiplicador’, reforzando recursos y esfuerzos públicos cuando más se necesita y primando el interés común por encima de intereses partidistas, para salir cuanto antes de esta situación sin que nadie se quede en el camino.

Además, esta pandemia y sus devastadores efectos han puesto de manifiesto que sí existía una fórmula diferente para abordar una crisis: una en la que se ha primado lo público frente al desmantelamiento de servicios o a las privatizaciones; en la que la inversión pública se ha priorizado para generar un escudo social sin precedentes que ha protegido y protege a familias, a empresas, el empleo…, en lugar de apostar por los recortes que tanto daño hicieron a esta región de la mano del Partido Popular.

Sin embargo, es en momentos como este, cuando vienen ‘mal dadas’, cuando más valoramos unos servicios públicos de calidad en nuestros municipios y debemos apostar por la política como una herramienta para sumar fuerzas y mejorar los servicios que se prestan a la ciudadanía. Algo que los Gobiernos Socialistas, en cada institución, llevan a la práctica, colocando a las personas en el eje de la acción política y con esa premisa han gestionado la mayor pandemia que hemos vivido en los últimos 100 años.

Es el momento de la política en mayúsculas, la que exige pactos, diálogo y consenso, la que elige sumar sinergias y esfuerzos, y quien no entienda esto, no habrá entendido el tiempo en el que nos ha tocado vivir. Debemos estar a la altura de las circunstancias y, sobre todo, de la sociedad a la que representamos. Decía, Finn Kydland que “la enemiga de la prosperidad es la incertidumbre que genera la mala política” y aquí, en Castilla-La Mancha, esa mala política tiene nombre y apellidos. Se llama Partido Popular de Castilla la Mancha y ha jugado siempre a la contra, anteponiendo el oportunismo y el interés estratégico, demostrando una absoluta irresponsabilidad. Pero frente a esto se levanta una sociedad vital, luchadora y optimista que tiene la certeza de que desde el PSOE trabajamos todos los días para mejorar la vida de cada vecino y cada vecina de nuestra tierra.

Josefina Navarrete Pérez

Diputada del Grupo Socialista en las Cortes de CLM y alcaldesa de Barrax (Albacete)

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