Page: “La ubicación del cementerio fue una componenda política”
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El presidente de la Junta sostiene que el silo es "una condena para toda la comarca"
Emiliano García-Page (Toledo, 1968), presidente socialista de Castilla-La Mancha, se ha embarcado en una guerra contra el almacén de residuos radiactivos previsto en Villar de Cañas (Cuenca). Dice que no basta con que ese municipio conquense, gobernado por el PP, apoye la instalación del silo. «No es una cuestión solo municipal (…) Esto afecta a toda una zona, el cementerio es una condena para una comarca». «Hay miedo e inseguridad en la agroindustria», añade. «Las consecuencias sociales y económicas son, más que para un municipio o una comarca, para toda una región». Al presidente socialista le «molesta tremendamente» el argumento de que esta instalación beneficiará a un área deprimida: «Es abusar del pobre, del miserable».
García-Page, que ha logrado desalojar de la Junta al PP y gobernar gracias a Podemos, cree que la raíz del problema se remonta a finales de 2011. En uno de sus primeros consejos de ministros, el recién elegido Gobierno central del PP se decantó por Villar de Cañas para instalar el almacén. «Fue una componenda política, que es lo contrario a lo que debe ser una decisión de este tipo, que debe ser técnica».
Según su interpretación, se decidió que el silo iría a Villar de Cañas por el apoyo de María Dolores de Cospedal, expresidenta de Castilla-La Mancha, «que actuó más como secretaria general del PP». A cambio de aceptar el almacén, según García-Page, «le dejaron controlar Enresa», la empresa pública encargada en España de gestionar los residuos radiactivos y de liderar el proyecto del Almacén Temporal Centralizado (ATC).
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Sin embargo, incluir Villar de Cañas entre los municipios que podrían aspirar a albergar el ATC fue del anterior Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. «Zapatero abrió un camino con un procedimiento que no cerró, pero el PP fue el que tomó el peor camino al decidir la ubicación en una componenda política», insiste García-Page.
El presidente de la Junta no niega que sea necesario en España un ATC, pero dice no comprender la razón por la que no se elige para ello «una zona ya nuclearizada», es decir, que ya cuente con una central en activo o que la haya tenido. «Es de sentido común», afirma.
García-Page critica también el papel jugado por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que el lunes apoyó la autorización previa del silo, que supone reconocer la idoneidad del emplazamiento. Sostiene que el Gobierno ha sometido a «presiones políticas al CSN». Su partido ha pedido explicaciones en el Congreso al ministro de Industria, José Manuel Soria.