Guijarro: “Creíamos que la palabra de Cospedal valía algo, pero hemos visto que en la reforma de la Ley Electoral también engaña”
Guijarro: “Creíamos que la palabra de Cospedal valía algo, pero hemos visto que en la reforma de la Ley Electoral también engaña”
Guijarro: “Creíamos que la palabra de Cospedal valía algo, pero hemos visto que en la reforma de la Ley Electoral también engaña”
El Grupo Socialista debate, se queda en el Pleno, pero se niega a votar “para no participar en la tropelía de una ley tramposa”
23 diputados salen a dar una rueda de prensa para recordar lo que hace con esta reforma; hacer trampa, mentir y perpetrar un pucherazo
El Grupo Socialista ha debatido, se ha quedado en el Pleno, pero no ha votado la toma en consideración de la proposición de Ley presentada por el PP para reformar la Ley Electoral sin diálogo ni consenso con la oposición, que fue lo que prometió hacer María Dolores de Cospedal en su debate de investidura el pasado mes de junio.
“Creíamos que la palabra de María Dolores de Cospedal valía algo”, ha empezado diciendo el portavoz parlamentario socialista en las Cortes de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro. Lo ha hecho en una rueda de prensa, tras finalizar el punto del orden del día sobre la reforma electoral, acompañado por otros 22 diputados socialistas, todos, salvo la portavoz de Educación, que estaba siguiendo el siguiente debate.
Lo han hecho para poner de manifiesto la gravedad política de lo que ha sucedido esta tarde en el Parlamento castellano-manchego. Con tres carteles en los que se podía leer “Cospedal trampa” “Cospedal mentira” y “Cospedal pucherazo”, los diputados socialistas han arropado a su portavoz, que ha insistido en que el PSOE está dispuesto a llegar a un acuerdo, pero no a aceptar una ley tramposa, hecha con criterios arbitrarios y que solo persigue asegurar la victoria de Cospedal sin necesidad de que tenga que venir los días que solo suele estar en la región a la semana.
Guijarro ha ofrecido dos alternativas concertas al Gobierno regional para alcanzar ese consenso. Ambas, bajo el criterio “de que quien gane por un voto, gobierne”. De este modo, ha establecido la circunscripción única o las cinco provincias impares como sistemas mucho más justos que garantizan lo que el Ejecutivo dice supuestamente perseguir: asegurar que alcance el Gobierno quien tenga más votos.