El presidente de Castilla-La Mancha y candidato a la reelección, José María Barreda, protagonizó esta tarde un acto público en la Casa de la Cultura de Villarrobledo, donde se dieron cita más de 500 personas a las que quiso agradecer, en primer lugar, el cariño con el que le recibieron. Barreda correspondió a estas muestras de afecto anunciando que próximamente el municipio dispondrá de un segundo centro de salud, cuyas obras han comenzado hace apenas quince días.

Según dijo, el Centro de Salud Villarrobledo II, que se ha ubicado en el barrio de Socuéllamos de la localidad, cuenta con un presupuesto superior a los 3,6 millones de euros. El proyecto contempla un centro con una superficie construida de más de 3.488 metros cuadrados distribuidos en una planta baja y un sótano donde estarán las instalaciones generales, además de los almacenes, vestuarios y aparcamientos.

El presidente, que pronunció su discurso llevando la insignia de la Máscara de Oro que conmemora la declaración de Interés Turístico Nacional del Carnaval de Villarrobledo, puso el nuevo centro de salud que va a construir el Gobierno regional como ejemplo de la importancia de las elecciones del 22, en las que se deciden cuestiones trascendentales para los castellano-manchegos como la gestión en sanidad, la educación o los servicios sociales.

Barreda lamentó que haya quien quiera hacer creer que en esa cita se eligen otros asuntos, pero, insistió, no hay que desvirtuar el sentido de estos comicios ni tergiversar el sentido democrático del voto ciudadano pues el domingo los ciudadanos deberán elegir entre De Cospedal o Barreda, «y yo, añadió, he sido fiel con los castellano-manchegos y con el compromiso que adquirí con ellos hace cuatro años: trabajar para que la vida trate con dignidad a todos los seres humanos».

El candidato insistió en que esto supone luchar por la igualdad real de oportunidades con políticas que garantizan, por ejemplo, un sistema educativo excelente de calidad al que puedan acceder todos los jóvenes sin discriminación alguna. Se trata, añadió, de consolidar la democratización de la educación no sólo desde la infancia, sino también en el periodo universitario tan importante para que la región gane en competitividad.

Poner cara a las políticas de igualdad

El presidente también rompió una lanza por aquellas personas que más ayuda necesitan de los demás, y trasladó su satisfacción ante los avances que la región ha logrado en este sentido, convirtiéndose en la Comunidad Autónoma que mejor aplica la Ley de la Dependencia, o la mejor en la aplicación de las políticas para personas con discapacidad. «Se sienten ayudados y protegidos porque estamos con ellos permanentemente», señaló.

Asimismo dedicó unas palabras a la tercera edad, «que en Castilla-La Mancha es la primera», y lanzó un mensaje de tranquilidad recordando el importante esfuerzo del Gobierno regional está haciendo para que los mayores tengan calidad de vida con servicios como la teleasistencia.

Junto a la educación y a las políticas sociales, Barreda destacó la sanidad como una de las banderas de su Gobierno y puso como ejemplo esa «espléndida realidad» que es el hospital de Villarrobledo, un buen ejemplo, dijo, de la excelencia de nuestro sistema público sanitario que, según los expertos, está entre los mejores, y además es el más justo e igualitario.

«Pero esto es así, advirtió, por las prioridades del Gobierno de Castilla-La Mancha», que apuesta por la sanidad, la educación y las prestaciones sociales por encima de cualquier otra área, apunto Barreda que quiso dejar muy claro que hay quien prefiere otros sistemas no tan justos porque priorizan la privatización por encima de lo público, como ocurre, recordó, en Estados Unidos donde «si no acudes con una tarjeta de crédito repleta de dinero no te atienden».

Por todo ello el presidente solicitó el apoyo de sus paisanos a los que advirtió que, de resultar elegido el próximo domingo, seguirá luchando por un sistema público de calidad, por mantener la mejor sanidad y por unas prestaciones sociales que garanticen a los ciudadanos la tranquilidad, durante toda su vida, de estar atendidos sean cuales sean sus circunstancias.